Llevaba, pues, tres o cuatro días con el relato y he tenido que abandonarlo por demasiado autobiográfico; es decir, porque enturbiaba en exceso mi propia vida. Esto de utilizar la propia vida para la literatura de uno ha de hacerse con cuidado: para eso pueden estar los Diarios o la poesía, que son, además, otra cosa, pero no la narrativa. Más que nada por no abrir heridas mal cerradas o echar demasiada luz sobre aspectos que queremos que permanezcan en la sombra: las sombras son tan necesarias como la luz para vivir.
La conclusió:
Papelera y a otra cosa.
Coincideixo amb la visió de Llop. Tanmateix, la vida sempre busca l'escletxa per immiscir-se en la creació literària. Segurament és bo que sigui així, però la seva tendència, especialment en els escriptors de diaris, és acabar fagocitant qualsevol exercici creatiu i ficcional.
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