Mai he estat gaire partidari de donar ni de rebre consells. Això és el que Shakespeare posa en boca de Leonato a Molt soroll per res:
...Porque, querido hermano,
los hombres sólo saben dar consejos
cuando la angustia no es su propia angustia.
Pero al sufrirla, pasan del consuelo
a la ansiedad, sí, ellos que querían
sanar con medicinas nuestra rabia,
maniatar nuestra furia con un hilo
de seda, mitigar nuestra aflicción
con aire, nuestra muerte con palabras.
Es así, todo el mundo da su aliento,
a quienes apabulla la tristeza,
pero nadie se pone filosófico
al verse desolado. Así que no
me des ningún consejo, que mi pena
grita tanto que no puedo escucharlos.
(Traducció al castellà de Christian Law, publicat al número 93 de la revista Clarín)
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