Començo a llegir una selecció dels diaris de Jules Renard. Només començar, a la primera pàgina, això:
El talento es cuestión de cantidad. El talento no se demuestra escribiendo una página, sino trescientas. No hay novela que una inteligencia mediana no pueda concebir, ni frase tan hermosa que no la pueda construir un principiante. Pero hay que empuñar la pluma, preparar el papel, ir llenándolo pacientemente. Los fuertes no dudan. Se sientan a la mesa, dispuestos a sudar. Llegarán al final. Acabarán la tinta, gastarán el papel. Esta es la única diferencia entre los hombres de talento y los cobardes que nunca empezarán. En literatura sólo existen los bueyes. Los genios son los más gordos, los que penan dieciocho horas al día de forma infatigable. La gloria es un esfuerzo constante.
I tot plegat sona com una d'aquelles veritats que, sabent-les certes, encara dolen més.
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