En el darrer número (98) de la revista Clarín apareix l'article Tres Toulouses escrit fa uns mesos després d'una breu estada a la ciutat. Aquest n'és un fragment:
El Toulouse de Saint Aubin
Nos dirigimos, antes de que termine la mañana, a la plaza de Saint Aubin, donde los domingos se apostan algunos bouquinisites. Pisamos por primera vez este barrio, en el que entramos por la populosa calle de la Colombette. Nos sorprende también aquí un mercado dominical, aunque distinto del que hemos conocido en Saint Sernin. Es éste más convencional, si es que este adjetivo puede aplicarse nunca a una feria, con sus puestos de chándales y jerséis, colchas y manteles, vinos y embutidos, hierbas y jabones. También aparecen aquí y allí vendedores ambulantes con sus sacos de garrapiñadas, racimos de globos y tableros poblados de tristes perritos mecánicos que emiten unos ladridos asmáticos. Pero en esta calle, con permiso de los perros de pacotilla, todo es mucho más alegre; incluso la neblina se ha disipado, dejando paso a un dorado sol de mediodía otoñal. Al llegar a la bocacalle que nos lleva a la plazoleta de Saint Aubin proliferan los puestos de comida: quesos, castañas, longanizas, crêpes... Multitud de jóvenes se arremolinan entre estas paradas y las terrazas contiguas donde se sirven cervezas en vasos de plástico. Y el aire de desenfadado mercado dominical, vestido con improvisadas comidas, se torna aquíextrañamente más londinense que francés y nos hace pensar en Camden o Portobello.
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